Imagínate un trabajo donde tuvieras que destacar por encima
de todos, donde, para conseguirlo, te dieran la oportunidad de robarle a tus
compañeros sus herramientas de trabajo, donde tus jefes te hablaran sin
respeto, menospreciaran tu trabajo, le pusieran un “pero” a todo lo que haces
bien y se sintieran infinitamente superiores a ti. Todo esto lo pueden ver cada
semana en el programa “MasterChef”. Qué sociedad nos espera cuando desde la
televisión pública se fomenta un trato irrespetuoso de los jefes (o jurado) a
los trabajadores (o concursantes). ¿Qué les costaría sonreír, recibirlos con
otras posturas corporales, no hacer esos comentarios graciosos que no tienen ni
pizca de gracia?
Claro es que después pienso que el programa existe porque
cada año se presentan miles de aspirantes a concursar.