Y de repente te llega una oportunidad en la vida que nunca
hubieras esperado… Recuerdo que cuando iba al colegio y nos tocaba hacer una
actividad; nadie me quería en su grupo. Todavía puedo escuchar a mi profesora
susurrando recelosa al oído de Sor Josefa que si estaba segura de que yo era la
persona más adecuada para leer en misa; dudaba de mí, de mi timidez, de mis
nervios, de mi carácter… Recuerdo no saber qué contestar cuando mi profesora de
gimnasia me preguntó porque no había preparado el baile con las demás
compañeras, me daba mucha vergüenza contestarle que nadie me quiso en su grupo.
Durante toda mi infancia, no hubo nadie que se encargara de potenciar mis
habilidades, al contrario, compañeras y profesoras se encargaron de hacerme
creer que era una inútil para la vida artística.
Sin embargo, en la universidad, tuve la suerte de que el año
pasado mi profesora de Teatro del Siglo de Oro nos diera la oportunidad a todos
los alumnos de interpretar un monólogo de Segismundo. No sé qué fue lo que me
llamó a apuntarme a esta iniciativa, supongo que quería demostrar de alguna
manera todo el amor que siento por la literatura, por los clásicos, por Calderón
de la Barca, por mis profesores, por mi universidad, por la filología… y pensé
que actuar me daría la oportunidad de expresar muchas cosas. Y no me equivoqué,
la experiencia fue muy gratificante. Me gustó tanto que este año decidí entrar
a formar parte del grupo de teatro de la facultad, y a día de hoy puedo decir
que es la experiencia más gratificante de mi vida universitaria.
Nunca imaginé que la improvisación, ensayar, aprenderse un
papel, probar con diferentes voces, gestos y formas de caminar fuera tan
sumamente divertido. En abril estrenaremos nuestra obra de teatro y estoy muy
ilusionada con este proyecto. Tengo un papel pequeño, pero ya estoy enamorada
de mi personaje al que quiero darle vida sobre el escenario, en el sentido
literal que significan esas palabras, sacarlo del texto y hacerle hablar,
saltar, gritar y enfadarse.
La niña que lloraba porque todo el mundo la consideraba demasiado tímida y sin ningún talento, nunca hubiera imaginado que de
mayor iba a subirse a un escenario a poner todo su corazón en un personaje. Y
es que, de repente, la vida te da una oportunidad.